sábado, 24 de enero de 2015

DÍA 88. Día 20 del año 2

DÍA 88.
 Día 20 del año 2

 He recorrido los 5 km en 34,27 minutos, que no está nada mal. Teniendo en cuenta mis pequeñas molestias en la pierna izquierda y que no acaban de quitarse. Cada vez es menos, y cuando el músculo se calienta, me deja de molestar.
 En fin, con todo he comenzado bastante bien, frenando un poco la euforia del comienzo y guardando fuerzas, que al final siempre me hacen falta.
 La primera cuesta la he subido regular, no sé por qué, pero la segunda, que aunque un poco más corta es más pronunciada, creí que echaba los higadillos!... El cuerpo me pedía a gritos que parara y que anduviera un tramo, pero la mente, fría a veces cuando hace falta, me aconsejó esperar unos segundos a tomar esa decisión y seguir corriendo, cuando quise darme cuenta, ya estaba iniciando la bajada de la cuesta, recuperando el ritmo, la cadencia y reencontrándome con las endorfinas más entusiastas!!!
 A partir de entonces, es cuando disfruto del trayecto.
 Es maravilloso notar la sintonía entre cuerpo y pensamiento. En un intervalo tan corto de tiempo, lo profundo, lleno y magnífico que puede ser el pasear por tu mundo interior mientras suena la música a todo volumen por los auriculares…
 Hoy he sacado a correr conmigo a Metallica, como casi siempre, y podréis comprender cómo ha volado mi imaginación por todos los rincones de mi ser…
 En fin, la semana que viene más…!

miércoles, 21 de enero de 2015

DÍA 87. Día 19 del año 2


DÍA 87 
Día 19 del año 2

5 Km. en 36,52 minutos. 
No está mal, teniendo en cuenta los minutos perdidos intentando esquivar a cuantos perros sueltos trotaban hoy por el Parque. 
Por el sitio por donde yo entro, se permiten los perros sueltos. Normalmente, me encuentro uno o como mucho, dos. Hoy había seis o siete. Cada uno con un dueño y todos con muchas ganas de jugar. Me han visto pasar toda rechuplosa y han pensado que los estaba retando para alguna prueba de atletismo… He tenido que pararme y esperar a que sus dueños se hicieran cargo de ellos, porque no había manera de que se fueran. Y con el respeto que me dan los perros, debía parecer un cromo allí plantada con los brazos pegados al cuerpo y mirando hacia arriba… Uffff… qué mal lo he pasado. 
Después, cuando volví a tomar el ritmo de carrera, me di cuenta que la tarde estaba un tanto oscura. La luz se parapetaba detrás de una nube negra y densa, de tal forma que parecía que estaba ya anocheciendo. 
Eso no me gustó, porque no me hace gracia estar en el parque cuando ya no hay casi luz. Además, debido al frío, hoy el paseo estaba solitario y apagado. Pero justo cuando recorría el tercer kilómetro, en el que más a gusto me encuentro, la nube se ha medio disipado y una intensa luz dorada ha iluminado el verdor de los jardines, tornando todo el recinto de magia y color. 
Me he sentido pletórica y feliz. En un momento dado, y cuando esos tímidos rayos me deslumbraban, entorné los ojos y me dejé llevar… En ese momento escuchaba por los auriculares “Walking on Sunshine” de Katrina and The Waves. “Caminando al sol” creo que se traduce. Y me pareció que era una casualidad muy, muy grande. 
En fin… Otro día más, que, aunque no haya hecho buen tiempo, (por culpa de tanto perrillo suelto…), estoy más que satisfecha…

domingo, 18 de enero de 2015

UNA MAÑANA FRÍA

338

Una mañana fría bajo la lluvia. 
Sólo charcos y tu voz. 
Cada paso que daba me unía a los tuyos 
en una mañana fría bajo la lluvia.


No sentía las pequeñas gotas 
que iban dejando un reguero de alegría 
cada vez que una ráfaga de viento las envolvía 
estrellándolas sobre nosotros. 

No me cansaba de escuchar las palabras 
que iban brotando entre las nubes, 
sintiendo el invierno rugir a lo lejos 
en un titilar de luces... 

Una mañana fría bajo la lluvia 
y el calor de tus manos 
para no dejar las mías vacías, 
en esa cadencia a veces silenciosa 

Acompañándonos entre los charcos 
con la alegría de sabernos juntos, 
el sonido de la lluvia nos dejaba, en un momento, 
notas mágicas en una mañana fría...

sábado, 17 de enero de 2015

DÍA 86. Día 18 del año 2

DÍA 86
Día 18 del año 2

Hoy he salido ha correr. Me gusta por la mañana, no sé por qué. El parque tiene un aire a despreocupación y a no tener prisas. Por las tardes, al ir apurada por la caída del sol, no me siento tan libre. 
Hacía frío, pero de las tres mangas que llevaba, al poco rato ya me sobraba una. 
He llevado un ritmo magnífico, parecido al del otro día por tiempo, no por sensaciones, ya que me molestaba la pierna izquierda un poco. Aún así, creí que invertiría más o menos el mismo tiempo que la carrera anterior, hasta que, en un tramo recto, sin piedras ni troncos, ni baldosas levantadas, después de 86 salidas completas a correr, al fin se cumplieron los pronósticos y ME HE CAÍDOOOOO...!!! 
Joooo, no ha sido muy aparatosa, pero he llegado a estar completamente tumbada boca abajo en el suelo, mi barbilla incluso ha rozado el piso, pero ha sido a cámara lenta. Como aquella que lo lleva ensayando millones de veces, emulando a mi gran amiga Mari Paz, cuando estas navidades se cayó en la Parte Antigua. Claro que a ella "la ayudaron" un poco, y a mí no... 
Lo primero que he hecho ha sido, evidentemente, mirar para todos los lados para comprobar quién o quienes se habían percatado del evento. Una vez recabado los datos, verificando que nadie se había dado cuenta, porque no pasaba nadie por allí, lo segundo que ha evaluado mi cerebro han sido los daños físicos o materiales incluidos en la caída. 
Para bien mío, no ha habido que lamentar nada, no me había torcido ningún pie, ni tenía golpe alguno, las mallas estaban intactas y la voz cantarina que me acompaña todos los días, en ese momento me anunciaba el segundo kilómetro recorrido, por consiguiente, tampoco estaba dañada. 
Lo peor es que he invertido un tiempo precioso que me ha retardado en mi marca. 
Qué le vamos a hacer!! 
En fin, por lo demás, ha sido una carrera casi perfecta y me encuentro satisfecha y feliz. 5 km en 34,11 minutos. 
Ahora, cuando los músculos se calmen y se enfríen, veremos a ver si hay efectos secundarios después del mal paso dado...
El lunes probaré otra vez...

miércoles, 14 de enero de 2015

DÍA 85. Día 17 del año 2

DÍA 85
Día 17 del año 2

Me siento pletórica, fantástica, eufórica, alegre y con millones de endorfinas que me envuelven y me transportan hasta el infinito y más allá...
He salido a correr casi en el último momento, sin ganas. Como casi siempre. 
Pero la tarde estaba un poco rara, como a mí me gusta. Corría un vientecillo helado que, sin proponérmelo, ha conseguido que en el primer kilómetro acelerase un poco más para entrar en calor.
Tampoco me daba la impresión de ir más rápido. Olía levemente a tierra mojada, y eso me daba alas, porque notaba que el cielo, en un momento de arranque, podría ponerse a llover. Por desgracia no ha sido así, pero cuando la voz zarrapastrosa me ha marcado el tiempo recorrido en ese primer kilómetro, no podía creerlo: 5 minutos, 38 segundos. Hacía mucho que no marcaba tan poco y lo más raro es que no sentía que hubiera hecho un gran esfuerzo. No obstante, decidí frenar un poco y aún así el segundo kilómetro, el más feo, lo he recorrido en 6 minutos y medio... Increíble. He terminado los 5 km en 32,59 minutos. 
Diréis que vaya tontería, pero la verdad es que el esfuerzo vale la pena. Me da alas para seguir superándome a mí misma, y la carrera no se me ha hecho tan cuesta arriba como en otras ocasiones. 
Lo peor ha sido un pequeño perro-lanas de color blanco, que se ha venido corriendo conmigo unos metros, y al ser tan pequeño ha pasado un par de veces por entre mis piernas provocando que casi aterrizara en el suelo. La dueña, como si nada, le ha llamado sin ninguna gana ni energía, por lo que el perro ni caso le ha hecho... Así que, en un momento, le he dado una patadina sin querer. No le he hecho daño, porque no se ha quejado, pero por lo menos me ha dejado en paz. Qué petardo de perro... grrrrr... 
En fin... que no puedo estar más satisfecha. El viernes, más...!!!

lunes, 12 de enero de 2015

DÍA 84. Día 16 del año 2

DÍA 84
Día 16 del año 2

He terminado los 5 km sin mayor problema. Por eso voy a diseccionar la carrera, tal y como yo la veo:
1º Km. Es el más fácil. Vas de refresco y casi todo es cuesta abajo. Piensas y evalúas cómo está tu cuerpo: agujetas de los días anteriores, pequeñas molestias en los gemelos, respiración acompasada o ligera tos... y realizas un examen exhaustivo de todos los músculos. Casi llegando al primer kilómetro recorrido te encuentras la primera gran cuesta. No pasa nada. Estás empezando y tus energías las notas intactas. Cuando la voz monjil del programa canta lo del primer kilómetro y el ritmo de vuelta, piensas en que has ido muy deprisa y necesitas frenar un poco.
2º Km. No es que tengas que frenar un poco, es que el cuerpo no te va a permitir llevar ese ritmo todo el recorrido. Máxime cuando a partir de aquí, todo es ligeramente ascendente, con alguna que otra cuesta pronunciada (y la consiguiente bajada y recuperación, sí...) pero hasta llegar al 3º Km. es el peor tramo. Al menos para mí. No ves el final del camino, todo hacia arriba, todo tedioso. Es cuando empiezan a entrarte ganas de parar y piensas "llegaré al final del 3º km. y lo dejo, total, no pasa nada, no me va la vida en ello, para qué sufrir, para qué hago ésto...", pero de repente, empieza el mejor tramo de la carrera. 
3º Km. Sin duda, el mejor. Vienes de vuelta, por consiguiente todo el trayecto es ligeramente hacia abajo, con algunos tramos rectos. Piensas que todo es perfecto, y en cómo has podido llegar a pensar en parar, si podrías seguir así, a ese ritmo, horas y horas... Es cuando te fijas en el paisaje y en las personas con las que te cruzas, es el momento feliz de la carrera, estás exultante y llena de vigor. Pero...
4º Km. Es el más tedioso. Llevas las fuerzas al límite y si eso fuera poco, te toca volver a subir la primera cuesta pronunciada que, al principio de la carrera subiste tan alegremente. Ahora, no sabes si llegarás al final de la misma. Cada paso que das es peor que el anterior. Te da la sensación que, en vez de avanzar, vas retrocediendo y las piernas te pesan y las fuerzas te fallan. Pero piensas "si ya has llegado hasta aquí... ¿qué te cuesta un poco de esfuerzo más? Venga, Cora, ánimo, tú puedes, es sólo un kilómetro escaso el que te queda..." Uffffff... Esas benditas endorfinas... qué haría yo sin ellas.
5º Km. Tus fuerzas van al límite, pero de pronto, todo es cuesta abajo otra vez... Las piernas quieren volar, tus energías se renuevan y tienes ganas de terminar cuanto antes, por lo que aprietas los dientes y le das alas a tus piernas... ellas ya saben lo que tienen que hacer. En seguida coges un buen ritmo y aceleras sin más... Sólo piensas en que ya estás terminando... Y en ese mismo momento, la voz te anuncia que has llegado a los 5 km y tú vas parando paulatinamente, satisfecha y feliz. Feliz de haberlo conseguido un día más... 
Y ya sólo piensas en el próximo día. En que correrás mejor y tendrás un mejor ritmo...

sábado, 10 de enero de 2015

ANDÁ EÓ QUELO

- 337 -


La niebla se mezcla en el pensamiento de los sueños.
Después de una noche interminable, llega la luz del día.
Dolor y cansancio a partes iguales,
sin pasos que traigan música en una copa.
El baile y su hormigueo dejó la noche entre sus hombros.
Ya no estaba descalza tan sólo,
su sonrisa fue haciendo jirones hasta borrarse en el amanecer.
En un despliegue de sueños en blanco
y bostezos entrecortados de fuego sereno,
quería el descanso de su mirada y su sueño…

De Adonay Kustanilló
Acrílico sobre lienzo                              
80 x 80 cm                  




viernes, 9 de enero de 2015

DÍA 83. Día 15 del año 2

DÍA 83
Día 15 del año 2


He salido a correr en una mañana fría pero muy soleada y despejada, típica del invierno cacereño. En algunos puntos de la umbría se apreciaba la helada que ha asolado esta madrugada el parque. Aún así, el ambiente era inmejorable. He tenido muchos problemas con la pierna izquierda. Ya desde el otro día, vengo resintiéndome de un pequeño tirón en el abductor que bajaba por la parte de atrás del muslo hasta llegar al gemelo. Allí se encogía ligeramente, dándome la impresión de llegar a tener más problemas. No obstante, cogí un ritmo suave de trote, y de esa manera he podido conseguir llegar a los 5 km sin más problemas.
Hoy había mucha más gente en el parque que otros días. La verdad es que, al sol, se estaba muy bien. 
Siento que he cogido unos kilillos de más en que los mofletes de la cara bailan al son de mis pisadas. Uno hacia arriba, el otro hacia abajo... o los dos a la vez. En los mofletes del culete también lo noto. Tienden a querer irse hacia abajo, tirando de mi cuerpo hasta casi poder darles una ligera patadita con el talón...Eso quiere decir, que me pesa el culo!!... y me pesa por todas las comilonas que he degustado estas navidades. 
Lo verdaderamente importante es no ceder. Seguir insistiendo, las endorfinas rápidamente, empiezan a hacer su trabajo, y no permiten que te vengas abajo... A mí, me permiten llegar hasta el final. Sobre todo durante el 3º y 4º kilómetro. Los más duros y tediosos... Esos en los que parece que no vas a conseguirlo, y una voz lejana y susurrante te va diciendo que te pares, que no puedes más... pero de repente... ahí están otra vez, subiéndote el ánimo a las nubes y logrando llegar a tu objetivo con la consiguiente sonrisa y satisfacción en tu cara y en tu espíritu... 
El lunes volveré a intentarlo... espero que sin grandes molestias...


miércoles, 7 de enero de 2015

A CADA PASO QUE DABA

- 336 -

Fui acariciando el horizonte húmedo, 
a medida que las gotas de los árboles caían y morían en mis manos, 
mojando mi cara, cayendo sobre mis ojos... 
A cada paso que daba. 

Un sentido reconocía a la vida. 
Esa vida que, a veces, no he sabido vivir... 
recogiendo el aire helado que me envolvía 
cargando mi cuerpo de una energía nueva. 

La sensación de libertad y vuelos sin red... 
provocaba que mi mente se explayase 
retumbando en nuevas notas de color, 
dentro de esta mañana tan gris y espesa. 

Parecía ser etérea, 
ni cuerpo, ni sangre notaba. 
Sólo apreciaba el aire entrar en mis pulmones 
calentándose por el esfuerzo... 

Pronto comprendí que entre tanta soledad, 
se escondían mil rayos de esperanza agolpándose en mi pecho, 
llevando las emociones hasta las lágrimas, 
y los gritos de júbilo y energía acumulada. 

A cada paso que daba, 
mis sueños enardecían la magia del momento, 
con un nuevo brote exaltado 
y rebosante de mil notas de música, 
esa misma que engrandecía mi ser, 
llevándome al culmen de la felicidad. 

A cada paso que daba,  
me llevaba directamente hacia el horizonte húmedo,
a ese lugar donde quería llegar exactamente,
cansada, feliz y con fuerzas renovadas.


DÍA 82. Día 14 del año 2

DÍA 82
Día 14 del año 2

Después de un mes de inactividad, hoy he vuelto a salir al Parque para encontrarme conmigo misma. 
Y digo ésto, porque, a parte de algún que otro despistado o despistada que cruzaba por allí para atrochar, no había un alma en todo el recorrido. 
Era tal la libertad que sentía, que no he podido reprimir las lágrimas. 
La niebla lo envolvía todo. No se distinguía más allá de 100 metros, pero una vez superados los dos primeros km (los más duros), empecé a disfrutar del paisaje. 
Ya no sentía frío, ni me pesaban las piernas. El motor de mi cuerpo se estaba poniendo a punto y yo, en lo único que pensaba era en seguir con ese ritmo, un paso, otro paso... 
Las gotitas de la niebla empaparon mis cabellos, la cara la llevaba mojada y acalorada a partes iguales. Un pañuelo en la mano izquierda me permitía ir limpiando de mucosidades varias la nariz y respirar sin problemas... Incluso esa voz in off, monjil y antipática que me va "cantando" los kilómetros recorridos y el tiempo invertido me parecía hoy perfecta. Casi amigable. 
Y cuando he podido recrearme en el paisaje, ver que allí sólo estaba yo, las lágrimas de emoción han venido a acompañarme nuevamente. 
Pensaba en intentar plasmar lo que iba sintiendo, traduciéndolo en palabras que, enlazadas unas a otras, pudieran de alguna manera transmitir esos pensamientos. Pero creedme que es muy difícil. Ese olor a libertad, a expansión de ideas, a explosión de sentimientos...no es fácil hacerlos llegar más allá de mi persona. 
Empecé a escuchar una canción a través de los cascos, que me elevó de tal manera el espíritu, que en un momento, me encontré cantando a voz en grito, mientras corría por ese parque encantado... Sólo me escuchaban unos pajarillos que bebían de una de las fuentes, y ni si quiera ellos se asustaron, tan impregnada estaba de la magia del momento y el lugar. 
Sin darme cuenta, recorrí los 5 km de un tirón. Sin cansancio, sin dolores, sólo gozando de esos instantes que me da el estar tan dentro de mí... 
Espero volver a salir el viernes con la misma alegría con la que he regresado hoy.


martes, 6 de enero de 2015

SABEN QUE DEBEN VOLVER. 4º Y ÚLTIMO CUENTO DE NAVIDAD.

- 335 -

Saben que deben volver, que no saldrán de sus cajas hasta dentro de un año. 
Y aún así, están deseando descansar. Han sido muchos días de trabajo arduo y a veces inútil. Ya casi nadie viene a verlos. Los niños ya no ríen en la inocencia, ni se escuchan sus pasos menudos subir y bajar las escaleras. El último aroma se va apagando sin remedio, para que todo pueda volver a la rutina...
Se oyen, a veces, lamentos resignados... saben que deben volver...
Un año otra vez, hasta admirar de nuevo las luces en las calles. El invierno luminoso, con sus nieblas y sus campanillas... El tiempo de las sonrisas y la calidez. El tiempo de la inocencia...
Volver a encerrarse en las cajas de siempre, en el fondo del cajón, en un armario que casi nunca se abre. Qué tediosos los días allí olvidados. Deseando volver a depositar la alegría y la esperanza en un árbol de colores o en un camino de tierra en el que los pastores se dirigen en una maqueta casi perfecta, al mismo sitio un año tras otro... cruzando huertos y plazas, castillos y pesebres...
Deben volver para poder llegar otra vez al año que viene... Ya los esperamos, ya los echamos de menos, abriendo las cajas una vez más, descubriendo la magia de la Navidad en un momento.
Saben que deben volver y aún así, un deje de nostalgia se palpa en el ambiente, mientras se doblan las guirnaldas y se envuelven las cintas de oropel... La magia y la luz se esconden en un baúl. Será dentro de un año... Otra vez... sabiendo que deben volver.